jueves, 25 julio 2013 18:52
Volume 4Anticristoel Falso Profetaal clerofalsa doctrinaApocalipsiscismaHija mía, es importante que mis hijos no pierdan el valor ante el dolor que tendrán que afrontar, ya que la Iglesia de mi Hijo será arrojada al desierto.
Yo soy la Mujer del Apocalipsis, vestida de sol, que dio a luz al Niño. El Niño es Jesús. El Cuerpo Místico de mi Hijo, Jesús, es Su Iglesia en la Tierra. La Iglesia de mi Hijo está siendo robada y pronto Su Cuerpo ya no estará presente en ella. Esta desolación partirá en dos los corazones de aquellos que siguen las Enseñanzas de mi Hijo. Aquellos, que no tendrán a dónde acudir, se encontrarán expulsados de los edificios que, hasta ahora, han albergado la Sagrada Eucaristía. Pero, aunque hayan sido expulsados, con poca misericordia hacia ellos, estarán llenos del Espíritu Santo. Esto significa que serán guiados y guiarán ferozmente al Ejército Remanente, formado por los leales a Dios.
Otros, ciegos a la Verdad, seguirán al falso profeta en desorden. Sus corazones serán engañados, y pronto, cuando el falso profeta se vea a las puertas de la muerte, sollozarán. Pero entonces, como si se hubiera producido un milagro, el falso profeta parecerá resucitar de entre los muertos. Dirán que ha sido bendecido con grandes poderes sobrenaturales del Cielo y caerán de bruces ante él en adoración. Será amado y adorado por aquellos que no pueden ver.
Pronto aparecerá el anticristo y su ascenso a la fama comenzará en Jerusalén. Una vez que aparezca en público, todo en la Iglesia de mi Hijo cambiará, rápidamente. Se introducirán nuevas reglas. Nuevas reliquias, cambios en las vestimentas usadas por los sacerdotes y muchas nuevas regulaciones serán impuestas. Al principio, la gente dirá que todos estos cambios se deben a la necesidad de ser humildes. Y, mientras estas abominaciones entran en las iglesias cristianas, comenzará la persecución. Atrévete a oponerte a estos rituales satánicos y serás considerado un hereje - un alborotador.
Muchos cardenales, obispos, sacerdotes, monjas y gente común serán excomulgados, si no siguen las nuevas reglas o adoran al falso profeta. En esta etapa deberán buscar refugios, que habrán sido creados, para poder adorar en paz a mi Hijo Jesucristo. Los sacerdotes deben seguir administrando los Sacramentos y proporcionando a mis hijos la Santísima Eucaristía.
Nunca debes ceder al engaño, en el que se te pedirá que participes. Los que lo hagan perderán sus almas a manos del maligno.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación